Presentación llevada a cabo el 13 de octubre en la Biblioteca Morosoli.
Me quedé muy contento y aliviado con la presentación de Prosperidad. Contento por lo vivido, por los increíbles momentos que se suscitaron en esa noche magnífica y en ese sitio entrañable que es la Biblioteca Morosoli. Aliviado, no por las tensiones que acumula toda presentación, sino por su tardanza, por los meses que demoré en asumir que el libro debía ser llevado (y celebrado) ante su público.
Quiero agradecer a toda la gente que se arrimó: a mi amada familia; a los vecinos (de mi barrio y de la biblioteca); a los amigos de siempre (que toleraron con estoicismo verse reflejados en la obra) y a los de ahora, con quienes comparto cada uno de mis textos y mis días. Agradecer al escritor Rafael Massa por una presentación de lujo en la que no quiso dejar nada librado al azar; al cantautor Fabián Laguna que tendió un armónico puente entre sus bellas canciones y mis textos; a la Morosoli, por convertirse en un hogar provisorio y fascinante; a Yazmín Márquez por su gestión diligente en todos esos asuntos que a mí me resultan pesadillescos; y a la editorial que dio cobijo a mi trabajo.
El libro (que era mío) sigue su rumbo, así como las calles de Villa Prosperidad, ajenas a mis huellas, siguen siendo transitadas. He aquí una nueva invitación.